viernes, 9 de diciembre de 2011

Una semana sin ver Televisión

Después de reflexionar sobre el papel de los medios de comunicación en la sociedad, la función que cumplen, su trascendental faceta de constructores de realidad y su capacidad para condicionar la agenda y el debate público, así como para otorgar o denegar categoría de noticia a los hechos, propusimos realizar en clase una práctica que nos permitiera tomar conciencia real del lugar que ocupan en nuestras vidas, fundamentalmente los medios audiovisuales, y para ello asumimos el reto de intentar pasar UNA SEMANA SIN VER TELEVISIÓN, ni producciones audiovisuales tampoco a través del ordenador por Internet.
Así, entre el martes 18 y el 25 de octubre de 2011, centramos nuestros esfuerzos en vivir sin televisión, y aunque la consigna era clara, la tentación o las circunstancias hicieron que pocos lo consiguieran plenamente. Estas son las conclusiones que tras el ejercicio elaboraron algunos de los alumnos y alumnas participantes en la actividad:

Raquel Gómez:
Toda esta semana sin ver la televisión (desde el martes 18/10/11 hasta el martes siguiente 25/10/11), me he planteado muchísimas cosas y he pensado más en la televisión que en toda mi vida. Me han pasado cosas y he hecho cosas que no habrían pasado si la hubiese visto la televisión, me he parado a pensar en cómo la utilizamos de entretenimiento y cómo corta la conversación, el diálogo en muchos de los casos.
 El primer día sin televisión se afrontó bien, debido a que tenía todo el día ocupado y realmente entre semana cuando veo la televisión es por la noche a la hora de cenar, que este día cené en la habitación, actividad que nunca hago ahí. Se me hace raro no ver la televisión, de hecho he pensado más en ella que en toda mi vida y por un lado “me fastidia” no cenar con mis padres, pero tampoco les voy a apagar la televisión para un momento que tienen de relax. Pero al cabo del paso de la semana, me di cuenta, que llevaba día tras día contando y esperando a que llegase el último.
En conclusión me ha parecido una experiencia curiosa, en la que nunca nos paramos a pensar que ¿qué pasaría sin televisión?, y no nos damos cuenta que hasta que no “podemos” verla no dejamos de hacerlo. Es como el refrán, que echas de menos las cosas y te das cuenta de su valor cuando no las tienes. Y también me ha hecho valorar las cenas con mis padres, me ha hecho ver la falta de comunicación que se produce por este medio de comunicación y cómo la utilizamos de entretenimiento en la mayoría de los casos y no la utilizamos para aprender que también se puede. Además me parece un ejercicio de auto superación y de compromiso que no nos damos cuenta de lo difícil que es hasta que lo tenemos que hacer. Pienso que todo el mundo debería ponerse a hacer este ejercicio para valorar las cosas, ver desde otro punto de vista el mundo ya que el tiempo empleado en ver la tele lo emplearás para realizar otras cosas. Me ha hecho gracia en muchísimos momentos ver en qué compromiso me podía poner la televisión, es decir, en el que caso de cenar con la familia viendo la tele, si ésta no la puedes ver hace que no cenes con ellos o tomes otra alternativa, por lo que resulta curioso ver cómo la gente te toma por loco por querer dejar de verla cuando no estás haciendo ningún mal.

Iris Sánchez:
Como resultado del reto propuesto admito que me siento satisfecha. No he conseguido dejar de verla al 100% pero sí que he bajado la cantidad de consumo. El mayor problema lo he encontrado a la hora de evitar ver la televisión con la familia en la franja de 22:00 a 00:00h. porque para nosotros el ver la televisión no es mero entretenimiento sino que es un acto socializador porque es el único momento para estar juntos.

A pesar de esta dificultad, no ha sido tan difícil. Al plantearnos el reto parecía imposible poder vivir sin televisión, pero tampoco es tan complicado.

Este ejercicio me ha parecido una buena propuesta para tomar constancia de la cantidad de tiempo que desaprovechamos semanalmente en ver televisión. Todo este tiempo podría ser empleado para realizar cosas productivas.

Elena Díaz:
La primera conclusión a la que he llegado es que me he dado cuenta del gran poder que tiene la televisión, ya no solo de influencia en cuanto a la forma de pensar (que es lo que hemos señalado hasta ahora), si no en la forma de vivir que tenemos. Puedo llegar a decir que estoy “enganchada” a las series porque los días que he conseguido no verlas, por un lado, me sentía bien pero por el otro era como si me faltase algo. Quiero decir que está tan dentro de nuestras vidas, o de la mía que me siento incompleta si no los tengo. Todo esto, teniendo en cuenta que están siempre alrededor, probablemente en una isla desierta las cosas cambiarían.
Otra cosa en la que he pensado bastante es en que en toda la semana no he hablado casi con mi hermano, ni con mi madre porque ellos comen viendo la televisión y normalmente es el único momento del día en el que estamos los tres juntos. Por un lado he pasado menos tiempo con mis familiares, pero por otro más con mis amigos puesto que he salido más para no estar en mi casa aburrida. Es decir, que ver la televisión o no, condiciona tener relaciones sociales ya sea la intensidad de ellas o con quien las tengas.
También me ha parecido interesante el fijarme en la rutina, me he dado cuenta de que muchas veces veo la televisión por rutina, por ejemplo, cada día mientras como. Normalmente nada más llegar a casa enciendo la tv para ponerme a comer. Esa es mi rutina y por eso creo que vi la tv el primer día, sin darme cuenta.
A parte de todo esto, tampoco creo que ver series o la tv todos los días sea malo, siempre que tu vida no gire en torno a ello, está bien dejar de pensar un rato. Además personalmente creo que una vida sin televisión podría ser, pero sin cine… no lo creo.

Leticia Castro:
No es que resulte difícil no ver la televisión. Al estar ocupada, tener planes para salir, cosas que hacer... no veo la televisión, no es necesario y tampoco piensas en ello.
Sin embargo, cuando estas agotado y llegas a casa no te apetece pensar, hacer nada, y para ello la televisión es bastante “útil” ya que te permite simplemente sentarte delante de “la caja tonta” desconectar y entretenerte. Y eso es lo que ocurre a diario cuando la familia llega de un día en el trabajo, de clase, cansado…
Aun así es reconocible las muchas veces que vemos, al menos en mi caso la televisión a diario.
Esta semana más que menos he conseguido no depender de la televisión, pero es sorprendente las muchas veces que el sustituto a la televisión es el ordenador donde también he pasado mucho tiempo durante la semana bien sea por ocio, comunicarme o trabajar.
Coincidiendo con esta semana de “desintoxicación” he leído en el periódico una noticia sobre cuánto dinero necesitaríamos para renunciar a internet durante toda la vida. La gente pone un precio muy alto a cambio de renunciar a internet, y es que hoy en día, me incluyo por supuesto, vivimos “enganchados” y dependiendo de muchos elementos: televisión, internet, móvil, imagen, publicidad…
¿Realmente era tan difícil la vida hace 60 o 70 años? Vivian sin estar las 24 horas día conectado, pendientes, esclavos de la tecnología…
¿Por qué nos resulta tan complicado entonces a nosotros? ¿Qué nos engancha tanto?

Alfonso López:
Tras realizar el ejercicio de permanecer toda una semana sin ver televisión, contando las pequeñas “faltas” ser reduce a unos 15 minutos en toda una semana.

Lo más dificultoso al principio resultó la franja horaria (de Lunes a Jueves fundamentalmente) entre las 15:00 y las 18:00h  ya que se trataba de un la rutina más clara de la semana, en cuanto a ver televisión. En gran parte, eran horas de televisión pasiva, en el sentido de que la mayoría servían para acompañar la hora de la siesta.

Pero sin duda lo más duro a la larga fueron las horas de ver películas o series en internet, pues eran cosas que veía de forma más selectiva, más concreta y que elegía ver en mis ratos libres. De hecho justo antes de empezar este ejercicio estaba siguiendo dos series de forma bastante activa y constante, digamos coloquialmente que estaba “enganchado”.

En esos ratos libres que antes los cubría la televisión me dediqué a avanzar un libro que debía leer para un trabajo de una asignatura, lo cual me hizo avanzar mucho y prácticamente terminarlo en esa semana.
Al mismo tiempo coincidió que esa semana estuvo especialmente cargada de trabajos para clase y no noté mucho la falta de televisión, aunque si en algunos determinados momentos la eché en falta para desconectar.

La conclusión más clara que saco de este ejercicio es que el consumo pasivo de televisión lo realizo en horas muertas, en las cuales llego a casa medianamente cansado y lo más fácil es poner el televisor y relajarme, en estos casos no busco un programa de televisión en concreto, es más algo rutinario y cuya finalidad es que me mantenga entretenido y relajado bajo unos mínimos. Sin embargo en cuanto a lo que internet se refiere, esta cubre un espacio más selecto y cuidado y la forma de verlo también cambia, pues atrae más mi atención, si no plena, al 99%, y lo bueno es que puedo parar de verlo cuando quiera, no como en la televisión, que en cierto modo, si algo te interesa, te obliga a verlo de forma prolongada y hasta el final.

Esta semana sin televisión me ha permitido ver de otra forma la rutina semanal y pararme a pensar y reflexionar en cosas cotidianas a las que antes no les prestaba tanta atención: hablar con la familia, leer más y de algún modo también ha aumentado mi concentración en el estudio.

También he tenido la oportunidad de observar las posibles repercusiones de esta actividad en mi comportamiento al finalizar este ejercicio. En ocasiones la televisión quedaba encendida de fondo, casi como sonido ambiente, o permanecía encendida mientras me echaba la siesta, ahora la apago cuando no la estoy viendo, no porque me sienta mal por tenerla encendida, sino por la consciencia de que no la estoy viendo y de que no tiene sentido que siga encendida.

Aunque he de reconocer que se me ha sumado, en mi vida cotidiana, el hecho de que apenas paso por casa, ya que he empezado a realizar otras actividades:
Prácticas de la carrera, clases de inglés, de kung-fu, entrenamientos y partidos de fútbol, sumado al ocio que ya realizaba antes: ir al cine o salir con mis amigos.

Los días que tengo oportunidad de echarme la siesta, sigo poniendo lo primero que veo en la televisión para poder dormirme, pero la apago al rato. El resto procuro seleccionarlo de forma más cuidadosa, ya lo hacía antes bastante, pero quizás ahora todavía más. No es algo muy complicado pues no me gusta mucho ver la televisión, me reitero en que prefiero ver otras cosas por internet, pero ahora lo realizo con más cuidado  todavía.

El cálculo actual de consumo de televisión ha disminuido notablemente: 8 horas a la semana aproximadamente.

Marta Rivera:
Pensé que sería un trabajo muy difícil de realizar, que no sería capaz. De hecho la gente pensaba que era una tontería y que no servia para nada.
Al principio les decía que por el tiempo, pero me ha servido:
-      Demostrarme a mi misma que se puede vivir hoy en día sin tele.
-      Fuerza de voluntad. Superación personal.
-      Lo que nos obnubila la tele.
-      La cantidad de cosas que se pueden hacer sin tele, a la par de lo difícil que es huir de ella.
-      De la cantidad de conversaciones que tenemos al día sobre ello.
-      La incomprensión de las personas que tienes a tu alrededor
Parece que es una actividad estúpida pero que nadie se plantea hasta que punto la tele esta en muestras vidas hasta que no se ve en la situación de tener que estar una semana sin ver la televisión.

Marta E. Blanco:
Después de estar toda la semana casi sin ver la televisión y haber hablado de la importancia de la misma en nuestras vidas, nos queda darle una última vuelta al valor de un consumo responsable de este medio de comunicación.
En principio, podemos empezar hablando del resultado de nuestro intento. A pesar de que no he añadido la tabla inicial que hicimos, si que he ido indicando en cada día el tiempo que suelo ver la tv en cada uno de ellos, y más tarde he dicho cuánto he conseguido evitarla esta semana. Particularmente aunque no he conseguido evitar totalmente ver la tv esta semana, si estoy contenta con el resultado obtenido, porque la he visto muchísimo menos que normalmente. Además, las veces que la he visto en su mayoría atiende a momentos en los que toda la familia está viéndola, por lo que más que estar atenta a la tv estaba atenta a comentar con todos lo que iba saliendo en ella. Ha sido una forma de socialización con mi familia el haber visto esta semana la tv, porque a la vez que la veíamos comentábamos este ejercicio, por qué era importante, por qué era difícil de conseguirlo… Por ello, tengo que decir que creo que el resultado que he obtenido no podría haber sido mucho mejor de lo que ha sido, a no ser que hubiera quitado todas las tv de mi casa, que por otra parte habría causado un conflicto familiar.
Continuando con la reflexión hablaremos de la manipulación de estos medios, en cuanto a que el hecho de no ver la tv puede llegar a ayudar sobre la percepción de un tema. Por ejemplo, una de las noticias de esta semana ha sido la muerte de Gadafi, y fue uno de los vídeos que yo vi antes de terminar el reto. Al enterarme de la noticia, y sin haber visto las imágenes posteriores en las noticias, mi percepción del tema fue muy diferente a la que pudo ser después, porque antes de ver las imágenes tenía una visión fría, distante… al ver el vídeo me quedé con las imágenes de la paliza, de todo el cuerpo sangrando… por lo que la misma percepción se traslada a una visión de la brutalidad de las personas que cambia por completo el posicionamiento hacia el tema. No quiere decir que por no verlo pudiera pensar diferente, si no que el hecho de hacer una noticia con imágenes de la paliza o con imágenes simplemente del país en las que no se vea este hecho, cambia totalmente la transmisión que tu quieres hacer de esta información. No puedo decir si esta semana he estado o no más manipulada porque no sé hasta qué punto noticias que no he podido ver tienen repercusión en otros temas de los que antes o después esté manipulada. Sin embargo, si puedo decir que no he tenido una visión tan negativa del mundo en cierto sentido. Cuando vemos las noticias la mayoría del tiempo están contando historias horribles de la sociedad, historias de asesinatos, muertes, maltrato… pero esta semana no he visto nada de eso, parece que he olvidado un poco que el mundo es todo eso, o por lo menos quieren hacernos creer que lo es. Así que, ¿Es eso una manipulación? ¿Y si hiciéramos un programa informativo sólo con noticias alegres y felices? En mi opinión, no se lo creería nadie, por lo que podemos pensar que este mismo detalle es una forma de manipulación.
Seguiremos hablando de la reflexión que hemos hecho en conjunto, en clase. En primer lugar, lo que ya hemos venido diciendo en el resto del diario: nadie o casi nadie ha conseguido evitar totalmente la televisión, por lo que podemos decir bien alto que nos persigue. Ante esta persecución, ¿Qué debemos hacer, no ver la televisión? Creo que el problema es que hay que saber tenerla cerca, pero a la vez lejos. Es decir, hay que saber verla responsablemente. Para esto, podemos hablar del texto que leímos y comentamos en clase: “el impacto de la televisión en los niños”. Personalmente, el texto parece una continua exageración sobre las horas de tv de los niños, las actividades que se podían realizar, el papel de los padres dentro de ellas… A veces exageramos al ver la tv, otras exageramos al querer prohibirlo tanto… La impresión que yo me llevo es la necesidad de un continuo horario en el que tenemos que tener muy claro qué horas son para una cosa, qué horas son para las otras y, realmente, no creo que sea así. Si tuviéramos cada minuto de nuestra vida tan medido no tendríamos tiempo de divertirnos, y unos días la tv nos divertirá más y otros días menos.  Nos encontramos en una nueva cultura basada en la tecnología que, muchas veces nos hace perder la cabeza por el abuso, y otras muchas la perdemos en contra este abuso. Expliquémonos bien: la principal preocupación de un padre ante la posibilidad de que su hijo vea demasiado la televisión, la utilice de mala forma, etc. es en qué medida puede enseñarle a tener un consumo responsable. Pues bien, en mi opinión, teniendo el padre el mismo consumo. En una televisión no hay nada bueno ni nada malo, así como no hay nada imprescindible, con lo cual en el momento en el que un niño se dé cuenta de que su tiempo puede estar ocupado en otras actividades tan buenas o mejores que cada programa, serie o película, podremos estar tranquilos sin tener que determinar que vea la televisión un “X” número de horas, sino entendiendo con él que un día pueden ser 6 horas, uno 4 horas y otro ninguna. Pero que la actividad que se haya realizado o los programas que se hayan visto esos días han sido plenamente satisfactorios. No podemos negar que vivimos en una sociedad ligada a una televisión, igual que a un ordenador, y todos los aparatos electrónicos posibles, y cuanto más intentemos esconderlos y negar esta evidencia, más en peligro pondremos que las personas que nos rodean la usen de una forma errónea. Hay que entenderlo, explicarlo, y compartirlo, para poder asimilar que es una opción más, pero no la única. Si nos obsesionamos (como me parece que se obsesionaba el texto que leímos) en todas las actividades que se pueden hacer, el número de horas que se puede ver la televisión, el tiempo que los padres tienen que estar con sus hijos… caeremos en una situación de la que no disfrutaremos ni unos ni otros, porque parecería todo una rutina sujeta a unas normas, y precisamente lo bonito de entender todo esto es olvidar las obligaciones.
Para terminar, después de haber comentado esto y defender que es erróneo proponerse no ver la tv porque es un elemento más de la vida diaria, o plantearse tanto qué pueden hacer las personas para no verla (quien no quiera verla encontrará algo rápido para no hacerlo), si queremos recordar que si la tenemos tan cerca como estamos acostumbrados a tenerla es peligroso caer en su abuso. Por ello, podríamos simplemente colocarla en un segundo plano, bien cambiando su localización en la casa, bien colocándola en un lugar en el que la familia no suela estar… cualquier idea es buena siempre y cuando cumpla la labor de que cuando se acuda a ver la tv sea porque se quiere ver, no porque se está hablando y se enciende, porque pasamos por delante y la encendemos, etc. Igual que leer un libro, escuchar la radio, etc. lo que tenemos que entender es que hay que hacerlo para aprender algo nuevo, porque nos apetece hacerlo en ese momento y porque no hay otra cosa que nos apetezca hacer mas… no para estar como robots mirándola sin reflexionar nada de lo que vemos. Y, seguramente si entendemos esto, inconscientemente nuestras horas delante de cualquier aparato electrónico disminuirán en más del 50% del tiempo empleado.

viernes, 25 de noviembre de 2011

La manipulación en los medios de comunicación

Por Sara Atienza Martínez

Como punto de partida, trataré de exponer brevemente algunos datos sobre lo qué son los medios de comunicación y cuál es su origen:

Con el término medio de comunicación (del latín medĭus), se hace referencia al instrumento por el cual se realiza el proceso comunicacional o comunicación, pero usualmente se utiliza este término para hacer referencia a los medios de comunicación masivos, es decir: la prensa, el cartel, la radio, la televisión y, el más reciente, Internet.
Como datos relevantes, sabemos que la prensa apareció a raíz de Johann Gutenberg y su invención de la imprenta en 1450, fecha en la que también se ubica la aparición del cartel. Y fue en 1921 cuando se iniciaron formalmente las primeras transmisiones de radio. Respecto a la televisión, o controlador de masas más popular, sabemos que las primeras emisiones públicas las efectuó la BBC en Inglaterra en 1927 y la CBS y NBC en Estados Unidos en 1930.

Dichas fechas nos ayudan a tomar conciencia sobre el tiempo histórico desde el cual, tales instrumentos son la principal herramienta de la que el ser humano se vale para poder conocer sucesos o acontecimientos a tiempo real, a excepción de internet, que retiene la información durante un largo periodo.

Siendo esta, por tanto, su principal función todo ciudadano espera la legitimidad y veracidad de la información; sin embargo la realidad dista muy diferente: nos encontramos ante informadores que manipulan las noticias, los datos…bajo distintos intereses creados.

Desde mi punto de vista, dichos intereses, en la mayoría de los casos, giran en torno a intereses económicos y/o políticos.

La élite política abusa de su poder interfiriendo en los medios de carácter público, es decir, subvencionados por el Estado, manipulándolos para que la población piense de una determinada manera, consiguiendo así tener controladas a las masas. Estas, detendrán su atención en lo que de manera anticipada se predisponga, no se harán preguntas, ni dudarán de las fuentes, no husmearan ni se revelarán ante el sistema y como no….lo más importante, no pensarán.

Algunos ejemplos son: la ocultación de datos, con el 11S y el 23F; el afianzamiento del sistema, con los anuncios de consumo; la manipulación de la información, con imágenes de prensa retocadas como el caso del ataque Israelí al Líbano en 2006; la ocultación de sucesos como ocurrió con la revolución en Islandia… etc, etc.

Yo defiendo que, la política y las grandes empresas caminan de la mano bajo un mismo objetivo: el poder y el dinero. Y los medios de comunicación tan solo son la herramienta que utilizan para perpetuar su opresión gracias a su fácil acceso y su gran capacidad de difusión.
En la actualidad, parte de la población, comenzamos a tomar conciencia sobre la peligrosidad de este avance humano y tratamos de recibir la información por varios canales de comunicación, de incluso contrastar versiones y dudar de las intenciones, de descubrir dónde está el engaño…pero lo que más nos obsesiona es saber cuál es la verdad.

Sin embargo, considero que la frustración que puede producir no saber nunca con certeza si lo que das por válido es lo realmente cierto, lleva en muchas ocasiones a la despreocupación y el desaliento por mantenerse informado.

Y es que la verdad se compone de las distintas piezas que conforman el puzzle, tenerlas todas te ayudará a ver la realidad en su inmensidad pero el color con que cada uno lo veamos será lo que finalmente te ayude a terminar de comprender el dibujo.

No dejemos pasar a la mentira delante, y dejemos que la verdad vaya de nuestra mano.

¿Serán los medios de comunicación el cuarto poder de la clase política?

martes, 15 de noviembre de 2011

Manipulación ¿?

Por Marta Blanco García

11. Septiembre.2001, la televisión da a conocer un ataque terrorista en EEUU. Los vuelos 11 de American Airlines y 175 de United Airlines impactan contra las Torres Gemelas (New York), provocando su caída minutos más tarde. Poco después el vuelo 77 de American Airlines choca contra el pentágono (Virginia), causando afortunadamente menos daños de los que se registran en el impacto anterior. Y, por último, el vuelo 93 de United Airlines se estrella en campo abierto en Pensilvania, sin poder llegar a su objetivo final a causa del forcejeo entre los pasajeros y los secuestradores. Cuatro aviones que para el presidente de EEUU (George Bush) suponen una declaración de guerra ( Él mismo declaraba algo así como, “El primer impacto me pareció un accidente, el segundo un atentado terrorista, el tercero una declaración de guerra”) y que se convierten en uno de los mayores ataques terroristas que el mundo había conocido hasta el momento, causando 3.017 muertos, más de 6.000 heridos e incontables desperfectos físicos, y derivando en una guerra con el fin de dar con el mayor responsable de este acontecimiento, el líder de la banda de Al-Qaeda, Bin Laden.

A todos nos debe de sonar esta versión y a todos nos debe de haber producido el mismo sentimiento de odio hacia aquellas personas que hayan sido capaces de organizar una masacre de este calibre. Si estuviera hablando simplemente del 11.S afirmaría que como persona me siento engañada, utilizada, infravalorada… por haberme contado tantas y tantas mentiras desde hace diez años. Sin embargo, hoy quiero ir mucho más lejos que este punto. El 11.S ha sido una de las muchas mentiras que los medios de comunicación, el Gobierno, y todas aquellas personas que creen que tienen la capacidad de manipularnos han contado día a día.

Podemos partir de acontecimientos tan importantes como pueden ser este mismo atentado, el gran “malentendido” del Maine en 1898, el ataque en el golfo de Tonkin que provocó la guerra de Vietnam en 1964, los atentados del 11.M en Madrid, los atentados del 11.J en Londres… pero la verdad es que todos son simples ejemplos de lo que pueden llegar a manipular un grupo de personas que piensan que el mundo está en su mano por “X” número de años.

Todo esto que acabamos de plantear es una de las caras de la moneda, ahora sigamos con la siguiente. A partir de estas versiones más que dudosas y, en ocasiones, falsas como hemos podido comprobar, surgen una serie de “conspiraciones” (por llamarlo de alguna forma) que intentan averiguar la verdad, que intentan sacar a la luz lo modificadas que pueden estar unas pruebas presentadas, unas declaraciones hechas, una versión alterada… y es aquí donde podemos encontrar la grandeza de la curiosidad humana o el problema de volver a caer nuevamente en la misma manipulación. Poniéndonos el sombrero amarillo y con el fin de empezar de la mejor forma posible, analicemos la posibilidad de encontrarnos con la curiosidad humana, que puede despertar más de una duda razonada y más de una prueba no estudiada. Alrededor de cualquier acontecimiento siempre podemos encontrar grupos de personas, organizaciones… que buscan darle una vuelta a todo lo contado e ir más allá de lo que muchas veces se pretende que vayan. Normalmente, cuando estas dudas empiezan a salir a la luz las versiones oficiales persiguen su silencio, lo que nos puede llevar a plantearnos todavía más lo que hemos escuchado hasta el momento. Bien, partiendo de este punto resulta todo más que positivo, ¿no? Tenemos la oportunidad de ir más allá y de saber la verdad de todo aquello que escuchamos día tras día. Pero, quedarse aquí sería simplificar mucho las cosas, así que vamos a pasar al otro lado y colocarnos el sombrero negro: podemos caer nuevamente en una manipulación.

Hoy en día, por muy duro que parezca, la sociedad en general está acostumbrada a la comodidad, a la facilidad de tener todo lo que necesita a su alcance, y esto mismo es lo que le lleva a situarse en un punto u otro. Para que nadie se sienta ofendido no vamos a decir todos, pero si casi todos los habitantes de este mundo tendemos a situarnos en un punto o en otro, o te gusta la playa; o te gusta la montaña, o eres de campo; o eres de ciudad, o eres listo; o eres tonto, o estás conmigo; o estás contra mí. Y por curiosidad, ¿Cómo hemos caído en todo esto? Permitirme decir que por la manipulación de los medios que nos rodean. El problema es que al llegar a esta situación, en el momento en el que queremos comprar un periódico, encender la tv, escuchar la radio… tenemos que elegir un canal u otro, y con ello una serie de convicciones u otras, porque escuches la que escuches, leas la que leas… antes de darte información sobre algo van a criticar al contrario, van a hacer de alguna forma o de otra que te enteres de que ellos quieren que seas libre y elijas lo que quieras, pero los otros sólo quieren confundirte, ya sea hablando de política, de diferentes versiones sobre un hecho (versión oficial vs documental zero, por ejemplo), etc. Al escuchar esto, las personas nos estamos situando en un bando u otro. Por ejemplo, estudiamos en clase el tema del 11.S, surgen una serie de dudas y nos planteamos ver el documental de zero. Aquel día todos nos situamos en un lado de la balanza y además de criticar el hecho, criticamos a personas fuera de todo este suceso. Nadie se planteó que quizás de las mil cosas que habían dicho tres pudieran estar manipuladas, nadie intentó buscar algo que explicara esa versión y pudiera hacernos situarnos otra vez en medio sin saber hacia dónde tirar, o eligiendo simplemente quedarnos donde estamos.

Por ello, con este ejemplo quiero plantear que, tanto los que tenemos curiosidad como los que nos conformamos con lo que nos digan, caemos en el mismo problema que nos trajo hasta aquí, la conformidad y el posicionamiento según las ideas de las que partimos.

Así que, realmente, una sociedad que pudiera superar este gran problema sería una que no se etiquetara, que no apoyara aquello que parte del punto en el que se ha acomodado, aquella que, por ejemplo, el 11.Septiembre.2011 no hubiera salido por una parte a recordar con pena lo que paso, y por otra a pedir con rabia explicaciones, si no que el 12.Septiembre.2001 hubiera luchado por escuchar a todo el mundo y ser protagonistas de un acontecimiento que quisimos ignorar pensando que no nos “tocaba de lleno” y que, sin embargo, con las mismas dudas que en el suceso anterior, nos colocó el mismo lado de la balanza tres años después y si nada cambia nos mantendrá otros cientos más sin saber la verdad de tantas, y tantas versiones.


"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
Martin Niemoller

lunes, 7 de noviembre de 2011

Que nos sirvan la información en bandeja de plata, a veces implica que te pongan también la cubertería y el babero por añadido

Por Alfonso López Ginestal

Según la RAE, MEDIO de COMUNICACIÓN es un órgano destinado a la información pública. Si cogemos cada término por separado, nos encontramos con que un medio es aquello que puede servir para un determinado fin y que la comunicación es la acción y efecto de comunicar o comunicarse.

La primera definición quizás sitúe a todo a aquel que se sirva de un medio de comunicación para informarse en un papel más bien de receptor pasivo. Y realmente es lo más cómodo, sin duda lo más fácil. Pero resulta que el ser humano no es precisamente fácil. Según ha ido creciendo ha ido complicándose la vida: los ruidos y gritos que emitíamos al principio no parecían servir del todo para ponernos de acuerdo, ¿fue fácil construir el lenguaje?, supongo que tampoco hay que irse tan lejos, ya que muy bien sabemos todos lo rápido que aprende uno a atarse los cordones del zapato. Es el precio de la evolución, nos hace complicarnos pero, al fin y al cabo, nos hace avanzar.

Que nos sirvan la información en bandeja de plata, a veces implica que te pongan también la cubertería y el babero por añadido.

¿Les suena la frase “para avanzar hay que ser fuerte y nunca mirar atrás”? Me gustaría poner un pequeño ejemplo: Supongamos que vamos caminando por el mejor de los senderos imaginables, la meta, cada uno la que más le guste. Estamos a mitad de camino y durante el recorrido nos hemos caído unas cuantas veces, pero ello no nos ha impedido seguir avanzando. Pero resulta que nos queda la otra mitad y estamos llenos de heridas que quizás no nos permitan disfrutar del resto del camino. ¿Qué harían ustedes?, ¿volver hacia atrás y desandar el camino andado?, ¿esperar a que alguien que no ha caminado con nosotros nos dé una solución?, ¿nos saltamos la frase de la que partíamos, y miramos hacia atrás intentando aprender algo?

Yo no sé lo que haría, ni siquiera sé a quién escuché esa frase. Lo que sí sé es que mi camino me está enseñando que él es sólo mío y aunque haya cosas que me pueda traer de fuera nunca lograré entender las que me tiren sin más a dentro... ¡Ah! hay una pequeña complicación. Resulta que el mundo es una avalancha de caminos, tan grande y tan veloz que en cualquier momento nuestro camino se puede unir a la corriente de esta avalancha. Y como todos los caminos van a Roma y el fin de esta avalancha justifica a sus medios, podemos fácilmente olvidar que son los medios los que realmente dan sentido al fin, que si se dan cuenta para todos viene siendo el mismo.

Pero aquí interviene la segunda definición que incluía al principio. Esa definición nos incluye a todos por derecho y deber en componentes activos. Nos convierte a todos y a prácticamente todo en MEDIOS de COMUNICACIÓN. Todo puede influir en nosotros, nosotros podemos influir en todo. Se empiezan a jugar, entre otros, mecanismos de defensa, manipulaciones y todo tipo de tretas para ganar. Pero también se establecen relaciones de ayuda y cooperación.

El debate entre lo que es fácil y complicado está servido. Entre lo que está bien y lo que está mal, eso ya depende de cada uno.

llenar de rabia vuestras cabezas

Por Raquel Gómez Sáenz

A través de este discurso no pretendo llenar más de rabia vuestras cabezas y corazones, no quiero que salgáis de aquí cabizbajos, ni con ganas de matar a todo el mundo que hace injusticias, sólo quiero que os paréis a pensar que nunca te puedes quedar con lo que sabes, sino buscar más y más, porque cada vez estarás mas cerca de la verdad, porque verdad sólo hay una y por desgracia no está cerca de todos. Sólo los medios de comunicación son los que nos informan de la realidad de todo el mundo y lo hacen en su correcto uso o lo hacen a su favor como empresa que son. Deberíamos salir todos al mundo y luchar contra el poder, contra las injusticias porque somos unos claros esclavos del mundo, como bien se dice en la película de Matrix.

Según la Constitución somos todos libres e iguales en derechos, ¡mentira! Nos dan la libertad y luego nos la quitan con tantas leyes y con tanta diferencia entre la población, donde siempre los más ricos van a controlar a los más pobres. Como es el caso de la potencia mundial que es Estados Unidos que controla y maneja a todos los demás estados, pensamos que no, pero es así, la realidad no se va a mostrar claramente a la población porque no le viene bien a la gente del poder, porque si se viesen todas la injusticias que ha hecho EE.UU. se replantearían todos el seguir apoyándoles.

Por ejemplo, cometió errores en el 11-S hasta se puede llegar a decir que no se sabe si fue todo manipulado y realizado con todas las intenciones. Surgieron dudas frente al accidente en el Pentágono, respecto a que el agujero realizado por el impacto del avión era muy pequeño para las dimensiones del mismo, además no se encontraron restos de avión fuera del Pentágono y ahora es cuándo todos nos preguntamos y ¿esto cómo puede ser verdad?. Otra curiosidad ocurrió en las Torres Gemelas, ¿por qué se derrumbaron tan rápido? Cuando el Windsorf de Madrid ardió durante 20 horas, no se cayó y eran los mismos materiales. Otra más que se añade, es la preparación en el 2000 de un simulacro de accidente en el Pentágono semejante al que ocurrió en el 2001. Viendo todos estos hechos y lo que se nos informó en su día en la televisión se puede ver una clara diferencia, por lo que me ha hecho plantearme ¿los medios de comunicación dicen la verdad? ¿Pueden llegar a decir la verdad? O ¿dicen lo que queremos oír? Puede surgir una gran controversia ante todas estas preguntas.

Según mis investigaciones, me he dado cuenta que los medios de comunicación tienen mucho poder manipulador, son personas los que crean las noticias, anuncios, etc. Por lo que siempre puede ser manipulable, de más de 5000 noticias que llegan al día se reproducen solo 12 en el telediario, y todas las demás por qué no, dónde están. Además los medios de comunicación como ya he dicho antes son una empresa y como toda empresa tiene que sacar beneficios y captar al público, por lo que enseñarán y reflejarán todo lo que el espectador quiera. Por lo que simplemente somos objetos, nos engañan continuamente, dicen lo que queremos oír, así como necios caemos en sus trampas y nos creemos todo lo que dicen, cuando por detrás están ocurriendo muchas otras cosas peores.

Para terminar, plantear la gran cuestión, ¿los medios de comunicación obstruyen o hacen pensar a la persona? Frente a esta pregunta decir que más que hace pensar, obstruyen porque nos creemos todo lo que sale, nos hacen quedarnos ahí y no querer buscar más. Nos dan la suficiente información para quedarnos tranquilos y poder seguir el día a día, pero realmente quita el pensar a la persona, porque te crees más débil y piensas cómo me va a engañar un MMCC. cuando es percibido por todo el mundo. Por eso pienso que hay una gran inseguridad y un gran desconocimiento en el mundo de las cosas y que por eso debemos de luchar contra ello, todo juntos, porque todos estamos en el mismo mundo y todos somos esclavos de él.

Ser libre está en tus manos

Por Iris María Sánchez Mera

Actualmente la mayoría de la población no es consciente de la manipulación que sufre por parte de los Medios de Comunicación ni hasta qué punto son capaces de distorsionar la realidad. Éstos la construyen mediante imágenes y nos invaden con titulares alarmistas.

Las noticias que llegan a nuestras casas desde los Medios de Comunicación son de carácter sensacionalista. Se mueven por los intereses económicos, por intentar lograr el mayor número de espectadores posibles, transmitiendo a los oyentes lo que quieren oír, sin ofrecerles la oportunidad de pensar por sí mismos, de buscar su propia verdad, haciéndoles ser una pieza más del sistema para que éste no se venga abajo.

El no dar al espectador la oportunidad de reflexionar para indagar la verdad provoca que vivan atrapados en una prisión. En una prisión de la que solo podrán salir si aprenden a pensar por sí mismos con una mirada crítica más allá de la que ofrecen los Medios. Diariamente nos inundan de información, que en cierto modo, está vacía de contenido transcendental y que lo que provoca es la comodidad del espectador.

Pero claro, la libertad no es gratificación suficiente. Es mucho más placentero no hacer nada, que todo venga dado sin mayor complicación: hacer lo que "ellos" quieren que hagamos, pensar como "ellos" quieren que pensemos, en resumen, vivir cómo "ellos" quieren que vivamos. Porque al no ir más allá de la realidad que nos ofrecen, estamos siendo partícipes de su manipulación, estamos consintiendo que nos pongan las esposas sin oponer resistencia alguna.

En la película Matrix se hace este paralelismo, se les da la oportunidad de ser libres y salir del sistema que les está manipulado o ser sumisos al poder y seguir los pasos que se les va señalando. Pues como he matizado el placer parece ser lo que mueve a las masas. Con tener unos mínimos derechos y libertades cubiertas que les garanticen el poder vivir “bien”, hay conformidad.

La verdad no deja de ser una construcción nuestra. Solo seremos capaces de alcanzar la verdad si pensamos, no como hacen que nosotros pensemos, sino a través del análisis de nuestra propia realidad. Nos empeñamos a aceptar una verdad que nos viene impuesta en vez de tratar de conseguir alcanzarla a través de la propia reflexión.

Tenemos que confiar en nosotros para poder conseguirla, porque ese es el principal problema con el que nos encontramos, que no confiamos en nosotros mismos.

Si somos conscientes del manejo que sufre la sociedad por parte de los Medios, podremos tomar parte en el asunto y luchar contra este control. Solo haciéndolo al individuo ser consciente de la realidad que vive podrá intentar conseguir la libertad, pensando por sí mismo. Es muy fácil, pero claro requiere un esfuerzo, y ese esfuerzo no compensa... ¿O sí?

Son muchas las voces...

Por Marta Rivera Marcos

Son muchas las voces que normalmente hablan de los medios de comunicación como un arma de manipulación, de crear mentiras…

Sin embargo creo que es un mero reflejo de la sociedad de hoy en día. Una sociedad que nos hace imparables, es decir que no se nos permite parar a pensar o a decidir qué es lo correcto y qué no. Es una sociedad que nos obliga a tener un ritmo determinado por los demás. Y los medios de comunicación son parte fundamental de la sociedad.

¿Los medios de comunicación nos manipulan? Si tuviera que responder, claramente diría que sí. Los medios de comunicación manipulan porque como toda empresa que vende un producto, necesita ser vendido. Para ello es necesario llegar al cliente, y para lograrlo hay que convencer de que ese producto es bueno para él. A los medios de comunicación no les compensa que nos paremos a pensar sobre el trasfondo de las noticias, sobre que está bien o que está mal, solo quieren ser escuchados y seguidos.

A pesar de esto, confío en que somos suficientemente libres para decidir a qué prestar atención, que tenemos nuestros pensamientos y creencias bien formadas y arraigadas para saber qué información es la cierta y cuál no, y saber que detrás de esas noticias e informaciones que nos llegan de todas partes -y no solo de los medios de comunicación- hay algo de manipulación y que no podemos creernos todo lo que nos digan.

Creo que nunca podremos evitar completamente esta situación, ya que todo tiene mayor o menor grado de manipulación implícitamente. A todos nos gusta que se le dé importancia a lo que decimos y para eso es necesario que nos apoyen y así se puede volver a hablar de manipulación.