lunes, 7 de noviembre de 2011

Que nos sirvan la información en bandeja de plata, a veces implica que te pongan también la cubertería y el babero por añadido

Por Alfonso López Ginestal

Según la RAE, MEDIO de COMUNICACIÓN es un órgano destinado a la información pública. Si cogemos cada término por separado, nos encontramos con que un medio es aquello que puede servir para un determinado fin y que la comunicación es la acción y efecto de comunicar o comunicarse.

La primera definición quizás sitúe a todo a aquel que se sirva de un medio de comunicación para informarse en un papel más bien de receptor pasivo. Y realmente es lo más cómodo, sin duda lo más fácil. Pero resulta que el ser humano no es precisamente fácil. Según ha ido creciendo ha ido complicándose la vida: los ruidos y gritos que emitíamos al principio no parecían servir del todo para ponernos de acuerdo, ¿fue fácil construir el lenguaje?, supongo que tampoco hay que irse tan lejos, ya que muy bien sabemos todos lo rápido que aprende uno a atarse los cordones del zapato. Es el precio de la evolución, nos hace complicarnos pero, al fin y al cabo, nos hace avanzar.

Que nos sirvan la información en bandeja de plata, a veces implica que te pongan también la cubertería y el babero por añadido.

¿Les suena la frase “para avanzar hay que ser fuerte y nunca mirar atrás”? Me gustaría poner un pequeño ejemplo: Supongamos que vamos caminando por el mejor de los senderos imaginables, la meta, cada uno la que más le guste. Estamos a mitad de camino y durante el recorrido nos hemos caído unas cuantas veces, pero ello no nos ha impedido seguir avanzando. Pero resulta que nos queda la otra mitad y estamos llenos de heridas que quizás no nos permitan disfrutar del resto del camino. ¿Qué harían ustedes?, ¿volver hacia atrás y desandar el camino andado?, ¿esperar a que alguien que no ha caminado con nosotros nos dé una solución?, ¿nos saltamos la frase de la que partíamos, y miramos hacia atrás intentando aprender algo?

Yo no sé lo que haría, ni siquiera sé a quién escuché esa frase. Lo que sí sé es que mi camino me está enseñando que él es sólo mío y aunque haya cosas que me pueda traer de fuera nunca lograré entender las que me tiren sin más a dentro... ¡Ah! hay una pequeña complicación. Resulta que el mundo es una avalancha de caminos, tan grande y tan veloz que en cualquier momento nuestro camino se puede unir a la corriente de esta avalancha. Y como todos los caminos van a Roma y el fin de esta avalancha justifica a sus medios, podemos fácilmente olvidar que son los medios los que realmente dan sentido al fin, que si se dan cuenta para todos viene siendo el mismo.

Pero aquí interviene la segunda definición que incluía al principio. Esa definición nos incluye a todos por derecho y deber en componentes activos. Nos convierte a todos y a prácticamente todo en MEDIOS de COMUNICACIÓN. Todo puede influir en nosotros, nosotros podemos influir en todo. Se empiezan a jugar, entre otros, mecanismos de defensa, manipulaciones y todo tipo de tretas para ganar. Pero también se establecen relaciones de ayuda y cooperación.

El debate entre lo que es fácil y complicado está servido. Entre lo que está bien y lo que está mal, eso ya depende de cada uno.

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